La Habana (Prensa Latina) Los inusuales arribazones de sargazos en el Caribe constituyen hoy una preocupación porque las enormes acumulaciones de algas ponen en peligro la calidad de las paradisíacas playas, la pesca y muchos negocios en la región.
Aunque la llegada de algas a las costas en determinadas épocas del año es algo cíclico y normal, los expertos recuerdan como atípica la de 2005, que recaló en las costas de México proveniente del llamado Mar de los Sargazos.
Pero lo que parecía momentáneo y único comenzó a ser más frecuente en los años posteriores y hoy litorales de México, sobre todo en Quintana Roo, estados insulares caribeños, incluso la costa noreste de Brasil, sufren estos arribazones.
Según Esteban Amaro, director de una red para monitorear estas afluencias, las aguas de playas como Tulum, Boca Paila, Sian Kan, Punta Yuyum, Zamach, Javier Rojo Gómez, Uvero, Puerto Bravo, Mahual y Xcalak están cubiertas en su totalidad por una costra de sargazo que pintó de color marrón el azul turquesa del Caribe.
El impacto es mayor de lo que se había pronosticado pues la mancha, que hasta hace una semana tenía 500 kilómetros de diámetro, hoy ya alcanza los mil. De acuerdo con las imágenes satelitales de la Universidad del Sur de la Florida y del Sistema de Monitoreo Marino, de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, los remanentes seguirán llegando a la región sur, quintuplicando la cantidad de sargazo que arribó en 2018.
Durante la decimotercera Reunión Ordinaria del Consejo Ministerial del Mecanismo Regional de Pesca de la Comunidad del Caribe, los participantes expresaron su voluntad de trabajar unidos para buscar una solución a lo que es considerado un problema.
Para resolverlo es necesario conocer primero sus causas y en ese sentido las doctoras cubanas Ana María Suárez y Beatriz Martínez, profesoras del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana, explicaron a Prensa Latina, un conjunto de elementos que permiten apreciar no solo el fenómeno como un problema, sino cómo puede sacársele algún provecho.
El sargazo siempre ha existido, pero sucede que ahora son inusuales las cantidades que llegan a las costas lo cual puede tener varias causas entre ellas el cambio climático, explicó Ana María Suárez.
Las algas del Mar de los Sargazos viven en las condiciones de nutrientes más bajas que existen en el mundo y, sin embargo, pueden sobrevivir y proporcionarle vida a muchos otros organismos que viven asociados a ellas.
Es el hogar de más de 60 especies de seres vivos, en especial pequeños cangrejos como el Planes minutus, el camarón Latreutes fucorum, el pez Syngnathus pelagicus, la anémona Anemonia sargassensis, el molusco Scyllaea pelagica, el caracol Litiopa melanostoma, y peces como el atún rojo.
Este mar, que no es mar, y abarca 5.2 millones de kilómetros cuadrados, juega un importante papel en el desove de la anguila americana (Anguilla rostrata) y la anguila europea (Anguilla anguilla), cuyas larvas emergen desde ahí y después viajan hacia sus lugares de origen, hasta que años después regresan para poner sus propios huevos.
Pero el origen, reproducción y crecimiento de esas algas no es en el Mar de los Sargazos, ocurren en el golfo de México y las corrientes son las encargadas de llevarlas a ese punto en el Atlántico Norte y luego volver a traerlas al golfo y a otras zonas de las Antillas.
En opinión de las expertas cubanas, el incremento de esas islas flotantes de algas se ha asociado al aumento de nutrientes, lo cual está vinculado a vertidos de residuos a los ríos que desembocan en el océano Atlántico.
Asimismo, Sandra Laso, responsable del programa de Agricultura y Alimentación de Greenpeace, considera la «excesiva sobrefertilización» de los mares como una causa esencial.
Estos nutrientes llegan a los océanos por las descargas y vertidos de las industrias y la agricultura, esta última es de las actividades humanas que más nitrógeno aporta al océano, el 62 por ciento, señala Laso.
También desde el Sahara llegan las arenas cargadas de hierro, uno de los microelementos deficitarios en el Mar de los Sargazos, lo que contribuye al incremento de la masa de algas, refiere Suárez.
Una vez que el sargazo llega a las costas y se comienza a almacenar en las playas, se produce su descomposición lo cual genera lixiviados, ácido sulfídrico y arsénico que pueden contaminar los suelos y los ecosistemas y provocar fetidez.
Ante ese panorama que ahuyenta a los turistas, los gerentes de hoteles, autoridades locales y dueños de negocios intentan sacarlas con equipos pesados como tractores con rastrillos y sin sistema de rejilla.
Lejos de solucionar el problema, esto afecta las dunas de arena favorece la progresiva erosión de la superficie de la playa y la destrucción del ecosistema.
A veces desconocen que en cantidades normales las algas ayudan a estabilizar las costas y forman parte de la dinámica de las playas.
En ese sentido es importante tener en cuenta que, de acuerdo con expertos, por el momento la forma más apropiada para retirarlas es de manera manual, aunque es muy difícil y costoso.
Al mismo tiempo, señala Suárez, vale la pena aprovechar sus propiedades beneficiosas en la cosmetología, la medicina y la alimentación.
Aproximadamente el 66 por ciento de las especies de algas conocidas se usan como alimento, y son los países asiáticos los mayores consumidores al utilizar diversas formas culinarias.
En cambio, en naciones occidentales se utilizan principalmente para la extracción de hidrocoloides como agar, carragenina y alginatos.
Los expertos enfatizan en que los gobiernos deben invertir para cambiar la matriz de energía, y diseñar un plan global para reponer los bosques, proteger los suelos, los ríos y mares, el aire, y así detener el cambio climático que en su conjunto están trastocando el ritmo de vida en el planeta Tierra.
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